sábado, 7 de mayo de 2016


Arresto de Emmeline Pankhurst, sufragista inglesa, al intentar entregar una carta al Rey ante el palacio de Buckingham el 21-5-1914



El superintendente Rolfe la arresta ante las puertas de Buckingham Palace. Rolfe murió dos semanas después de esta detención. La propia Pankhurst tampoco vio el logro de su larga lucha. Murió 18 días antes de que el Parlamento aprobara el voto femenino el 2 de julio de 1928, tras haberse debatido hasta 19 proposiciones de ley para aprobar el voto femenino entre 1889 y 1928.

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Fusilamiento de un joven comunista alemán en Munich en 1919.



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Fusilamiento de Francisco Vera, sacerdote mejicano, por celebrar una misa en 1927.



En esta foto, ordenada sacar por los militares en Jalisco, se asiste al fusilamiento del religioso, todavía con los ornamentos de la misa, en el marco del conflicto de los "cristeros" entre el estado revolucionario y anticlerical y amplias capas de la población contrarias a la persecución de la religión.

La represión continuaría hasta 1937 presidencia de Cárdenas, y el conflicto con el ejercito cristero en algunas zonas se prolongaría hasta 1940.


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August Landmesser, obrero alemán, no realiza el saludo nazi ante Adolf Hitler el 12-6-1936.



Se llamaba August Landmesser y en 1936, en pleno auge del nazismo, este hombre decidió negar el saludo nazi. ¿Por qué? Detrás hay una conmovedora historia.

Durante la botadura de un buque de la marina alemana, una multitud de personas se congregó en Hamburgo. Mientras todos levantaban su brazo para hacer el saludo nazi, uno de ellos se quedó con sus brazos cruzados. Más concretamente fue en la botadura del velero (hoy Barco Escuela) de la marina alemana Horst Wessel en 1936. Ese día el Führer Adolf Hitler estaba presente en Hamburgo, cuando August, quién ya tenía problemas con la justicia, se negó a saludarlo como hicieron los miles de compañeros que tenía en los astilleros.

Hitler había venido a presidir en los astilleros de Blohm und Voss la botadura del nuevo velero Horst Wessel y tras su llegada todos los presentes alzaron su brazo derecho a modo de saludo a su Führer… todos menos uno: August Landmesser, quien se quedó con los brazos cruzados, como un modo de protesta pacífica hacia la injusticia que había sufrido junto a su amada Irma y su recién nacida hija Ingrid (un año después tendrían una segunda hija Irene).

A partir de ahí empezó un auténtico calvario para la familia Landmesser, teniendo que pasar por innumerables juicios y siendo finalmente separados.

Sin embargo, no fue hasta el año 1991 cuando una de sus hijas identificó a este hombre como August Landmesser, un trabajador del astillero de Hamburgo. Esta semana la imagen ha dado la vuelta en Internet, con más de 26.000 entradas, después de que un blog la recuperara.

Landmesser tenía detrás una conmovedora y desgarradora historia para no realizar el saludo. Aunque fue del Partido Nazi desde 1931 y hasta 1935, fue expulsado por haberse casado con una mujer judía, Irma Eckler.

Su licencia matrimonial fue denegada en virtud de las Leyes de Nuremberg racial recientemente promulgada. En 1937, la familia hizo un intento fallido de huir a Dinamarca, donde fueron aprehendidos en la frontera. August fue detenido y acusado de "deshonrar a la raza" bajo la ley racial nazi. Argumentó que ni él ni Eckler sabían que era totalmente judía, y fue absuelto el 27 de mayo 1938 por falta de pruebas, con la advertencia de que una reincidencia podría dar lugar a una sentencia de varios años de prisión.

La pareja continuó públicamente su relación y un mes más tarde August Landmesser sería detenido de nuevo y condenado a trabajos forzados durante dos años en un campo de concentración. No volvería a ver a su amada esposa. Eckler fue detenido por la Gestapo e ingresada en la prisión Fuhlsbüttel, donde dio a luz a una segunda hija Irene. Sus niñas fueron llevados inicialmente al orfanato de la ciudad.

A Ingrid se le permitió vivir con su abuela materna y a la muerte de esta en 1953 fue dada en adopción, mientras que Irene fue llevada a un orfanato y más tarde adoptada por una familia.

Unas pocas cartas llegaron de Irma Eckler hasta enero de 1942. Se cree que fue llevada al campo de concentración de Bernburg en febrero de 1942, donde fue una de los 14.000 muertos por monóxido de carbono en cámaras de gas.

Una vez que Landmesser salió de prisión en 1941 fue enviado a la guerra.Todavía pudo visitar a Irene que, en ese momento vivía con los padres adoptivos y a su hija Ingrid, que todavía estaba con la madre de Irma. En 1944, fue reclutado en el Bewährunsbatallon 999" un batallón de castigo para presos en libertad condicional, compuesto de ex prisioneros y soldados indeseables. Landmesser murió ese mismo año en la batalla y su cuerpo nunca fue recuperado. Además, existe poca información acerca de donde servía y la forma en que puede haber encontrado la muerte.

En 1996 una de sus hijas, Irene, escribió la historia de su familia con el fin de contar al mundo la desgarradora historia de su padre y su madre y de cómo fueron separados por el régimen nazi. La suerte ha querido que gracias a Internet su historia se haya recuperado de nuevo hoy.

El barco alemán fue reclamado por Estados Unidos como premio de guerra y reconvertido en el buque escuela Eagle de los Guardacostas de Estados Unidos.

Última foto de la familia al completo en 1938

Irma.

El Horst Wessel


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El periodista francés Raymond Vanker, con una niña española en brazos, atraviesa corriendo el puente Internacional que conduce de Irún a Hendaya el 4-9-1936.



Irún en llamas visto desde la parte francesa.

Raymond relata el hecho y vídeo del momento. (minuto 7,23 a 9,32)

El 3 de septiembre, la víspera, los atacantes habían llegado a Behobia. Emplazada su artillería en este barrio, comenzó a disparar hacia la avenida de Francia. Se trataba de cortar u obstaculizar la retirada de los últimos y escasos combatientes republicanos que se apostarían en las inmediaciones del Puente Internacional para ofrecer una postrera y debil resistencia. Mezclados con ellos iban hombres, mujeres y niños en una penosa huida camino de Hendaya. En aquellas horas, el centro urbano de Irun era ya una antorcha gigantesca.

Los primeros proyectiles, por deficiencia en el tiro, fueron a caer en Playaundi. Corregido el lanzamiento algunos obuses explotaron a unos cuantos metros de la avenida de Francia. Las personas en aquella fuga dramática trataron de protegerse mediante el talud de la izquierda en el sentido del Puente Internacional.

De pronto la explosión muy cercana de un proyectil disgregó rápidamente los grupos. Una niña, de unos tres años, que caminaba en ellos, quedó sola en la carretera y, decidida, se dirigió hacia la barrera del puente. Inició el cruce a toda velocidad. Un periodista francés que se percataba de lo que ocurría al otro lado del río, se dirigió veloz hacia la mitad del puente para recoger a la niña que podía caer herida o muerta por el casi constante tiro de fusilería de las vanguardias de los atacantes. El periodista, llamado Raymond Vanker, cogió a la niña en sus brazos ocultándola en lo posible con su cuerpo y dirigiéndose rápido hacia la Aduana francesa.

La acción fue captada por cámaras fotográficas y cinematográficas situadas junto a la barrera en el lado francés. En planas de periódicos y noticiarios dio la vuelta al mundo. Este fue uno de los titulares de un periódico neoyorquino: «La niña iruñesa salvada por el valor de un periodista, reflejo último de la sangrienta batalla por la toma de una ciudad».


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Presa republicana española en la prisión especial de regeneración y reforma para prostitutas de Calzada de Oropesa, obligada a ponerse de rodillas, se niega a mirar a la imagen religiosa o al sacerdote que oficia y a juntar las manos en actitud de rezar, dirigiendo los ojos a la cámara y de brazos cruzados. 1941.



La instántanea recoge un momento de la misión realizada por el Padre Jesuíta Martínez Colom con motivo de la fundación de la prisión.

En agosto de 1941 se tomaron las primeras medidas para lo que se denominó «recoger a esa escoria de la sociedad» que "inundaba desde las primeras horas de la tarde las principales calles de las ciudades para escándalo y agravio de los viandantes". En Madrid fueron detenidas unas 500 mujeres, que fueron conducidas a la prisión de Calzada de Oropesa, en Toledo.

Los Doctores Antonio Vallejo Nájera, primer catedrático de Psiquiatría en España y psiquiatra del ejército de Franco, y Eduardo Martínez, teniente médico director de la clínica psiquiátrica de Málaga, donde había trabajado como médico durante la república, realizaron en plena guerra civil en Málaga un estudio denominado, “Psiquismo del fanatismo marxista. Investigaciones Psicológicas en Marxistas femeninas delincuentes”.
El objeto de la investigación fueron 50 presas políticas de la prisión de Málaga, 33 de las cuales estaban condenadas a muerte, 10 a cadena perpetua y las 7 restantes a penas de entre 10 y 20 años.

En su estudio los doctores hablan de que a estas 33 presas se les conmutó la pena de muerte sustituyéndola por cadena perpetua.

A raíz de dicho estudio Antonio Vallejo Nájera impulso directrices para que se obligara a las presas a asistir a misa, como sucede con las presas de la imagen en Calzada de Oropesa.

El régimen de Franco no prohibió oficialmente la prostitución hasta 1956. Los burdeles y meublés estaban autorizados, así como las prostitutas profesionales con su cédula sanitaria en orden. En cambio, la actividad ilegal y callejera de la prostitución fue severamente perseguida y castigada. En 1940, según las estadísticas oficiales, unas doscientas mil mujeres ejercían la prostitución en España.En ello tuvo mucho que ver la miseria de la posguerra y la situación de desamparo en que cayeron muchas mujeres como consecuencia del conflicto.

Desde principios de la década de los cuarenta se registraron ingresos masivos de prostitutas ilegales en las principales prisiones urbanas: Madrid, Valencia y Barcelona.

En 1941 prosperaría una iniciativa de Pilar Primo de Rivera: la creación de las llamadas «prisiones especiales de prostitutas».

La prisión especial de Calzada de Oropesa, Toledo, una de las primeras en ser creadas, fue ampliamente publicitada por la prensa del régimen en 1941.

Una prostituta ilegal podía permanecer encerrada de manera indefinida en una prisión especial, dentro de un plazo límite de dos años. El ingreso se disponía con carácter gubernativo, sin mandato judicial de por medio: no había nadie a quien apelar. En su inmensa mayoría se trataba de mujeres muy jóvenes, casi niñas, sin recursos, y con una altísima proporción de enfermas. Las enfermedades más comunes eran las de tipo vénereo, a las que se sumaba el tifus y la tuberculosis.

El régimen publicitó abundantemente las «misiones» realizadas en este tipo de centros, ensalzando la llamada «Obra de Redención de la Mujer Caída».

En realidad no todas eran prostitutas, pues bastaba hubieran sido acusadas de tal menester.

Martínez Colom en la Prisión de las Ventas de Madrid en 1939.

Enlace al estudio psiquiátrico Nájera-Martínez con breve prólogo del mismo.

Enlace a un estudio de las condiciones de las presas en Málaga.

Enlace a una página web sobre las presas en España durante el siglo XX.

Enlace a una página web sobre las presas en época de Franco.


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La estudiante americana Elizabeth Eckford intenta entrar en el instituto solo para blancos de Little Rock el 4-9-1957.



Un instante después.

Estatua de los nueve en Little Rock.

Biografía de Elizabeth y vídeos del momento.

Con sólo 15 años, la joven de raza negra desafió un status quo que legalmente ya se resquebrajaba -pero que tardaría muchos años todavía en cuajar en las actitudes- al intentar acceder a las clases del instituto -sólo para blancos- Little Rock de Arkansas. El Tribunal Supremo había puesto fin a la segregación en las aulas pero el Gobernador de Arkansas, Orval Faubus, tenía otras arcaicas ideas y envió a la Guardia Nacional para que impidieran el acceso el primer día de clase a cualquier afroamericano que osara romper el poder establecido.

Eckford formó parte de Los Nueve de Little Rock, nueve jóvenes negros que se ofrecieron voluntarios -practicamente fueron conejillos de indias- para asistir a ese primer día de clase histórico entre una multitud de blancos. Los nueve debían llegar juntos, aquel acto de desafío -por mucho que tuviera el respaldo de la justicia de Washington, pero Washington estaba tan lejos- podría resultar muy peligroso, sobre todo cuando el Gobernador lo estaba boicoteando. Pero un problema de comunicación hizo que Eckford no recibiera el mensaje y se aventuró sola hacia las aulas del Instituto avanzando entre una turba con deseos de linchamiento.

Los nueve eran Minnijean Brown, Ernest verdes, Thelma Mothershed, Melba Pattillo, Gloria Ray, Terrence Roberts, Thomas Jefferson, y Carlotta Paredes además de la propia Elizabeth.

Al llegar ante el edificio, Eckford solicitó a los soldados de la Guardia Nacional que la dejaran acceder a las aulas. Lo hizo hasta dos veces. Ante la negativa de los uniformados, la joven se dio la vuelta, libros apretados sobre su pecho, gesto impasible, mirada firme protegida tras unas gafas de sol y se dispuso a abandonar el recinto del centro. A su espalda, una multitud blanca cargada de prejuicios y racismo le lanzaba todo tipo de insultos. Las cámaras de la televisión filmaban lo que sucedía. Los periodistas tomaban notas. Eckford avanzaba.

Una joven de la misma edad que ella tomó la iniciativa y le gritó que los negros debían de volver a las selvas de África. Se trataba de Hazel Bryan, quien histérica y llena de ira amenazaba a Eckford. Bryan es la otra protagonista de la instantánea.

El 24 de septiembre de 1957,el presidente de los Estados Unidos, Dwight Eisenhower, intenta convencer al gobernador Orval Faubus pero las negociaciones fracasan y finalmente el Presidente envió al ejército y así Eckford pudo entrar en las aulas, aunque luego el gobernador del estado cerró durante un año todos los institutos.

En los años siguientes, Eckford completaría sus estudios en Little Rock -aunque no sin pagar un precio, sufrió problemas de ansiedad y depresión- al igual que lo hizo Bryan -que se casaría a los 18 años y formaría una familia feliz con tres hijos-. Pero a comienzos de la década de los sesenta, Bryan -ajena ya al racismo en el que creció- necesitó hacer una llamada. Telefoneó a Eckford y le pidió perdón por lo sucedido aquel 4 de septiembre. No hubo más contacto entre ellas. Hasta 1997, cuando el diario local quiso fotografiarlas juntas con ocasión del 40 aniversario de aquel histórico día. Allí estaban las dos, había pasado un mundo desde entonces, ambas sonreían a la cámara frente al instituto. Bill Clinton ejerció de maestro de ceremonias tres días después y otorgó a las mujeres la medalla de "amigas reconciliadas".

El título lo llevaron con orgullo cerca de dos años. Se hicieron amigas. Comían juntas, iban de compras juntas, dieron charlas en universidades e institutos sobre su experiencia pasada y se convirtieron en el ejemplo de la reconciliación. Oprah Winfrey las sentó en el sofá de su programa para que contaran su historia y conmovieran a la nación como solo Oprah sabe hacer. Pero no bastó.

Eckford no podía encajar que Bryan siguiera creyendo que lo que hizo respondía a una chiquillada de juventud en lugar de a un sentimiento racista. Bryan entendió que Eckford jamás la había perdonado aunque dijera que sí. Cuando se inició el siglo XXI ya no hablaban más. Hoy siguen sin hacerlo.

Para comprender el alcance de los hechos hay que tener en cuenta que el entonces Presidente de los Estados Unidos, Ike Eisenhower, envío tropas federales para acompañar a los nueve estudiantes negros a este Instituto.

Se armo un inmenso revuelo en toda la ciudad: los estudiantes negros fueron agredidos y se produjeron enfrentamientos entre los estudiantes blancos y los soldados.

Finalmente, el Gobernador del Estado decidió cerrar los institutos de Little Rock durante todo el curso.

Elizabeth Eckford se trasladó a San Luis (Misuri), donde completo sus estudios de educación secundaria. Posteriormente obtuvo un titulo de grado en Historia.


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La estudiante americana Dorothy Counts intenta entrar en el instituto solo para blancos de Charlotte el 5-9-1957.



En 1956, cuarenta estudiantes negros solicitaron transferencias a una escuela de blancos.

A los 15 años de edad, en septiembre de 1957, Dorothy Counts era una de los cuatro estudiantes negros seleccionada para integrarse en las escuelas de Charlotte, Carolina del Norte, que hasta entonces estaban segregadas. Concretamente Dorothy fue elegida para entrar en el Harry Harding High School, los otros tres chicos fueron Gus Roberts en Central High, su hermana Girvaud en Piamonte Junior High y Delois Huntley en Alexander Graham Junior High. Estos chicos no tuvieron problemas, pero el caso de Dorothy fue distinto.

Su calvario comenzó cuando la esposa de John Z. Warlick , líder del Consejo de Ciudadanos Blancos, instó a los chicos a "mantenerla fuera" de la escuela. En el camino de Dorothy a la escuela gritaba a los chicas que la escupiesen.

Dorothy en su primer día de camino a la escuela, caminaba sin reaccionar a las provocaciones, a pesar de las piedras y los esputos. Muchas personas lanzaron piedras, la mayoría de los cuales aterrizaron delante de sus pies y otros muchos le escupieron en la espalda.

Más abusos siguieron ese día. Le arrojaban basura mientras comía su cena Dentro de la escuela le tiraban basura mientras comía, los profesores miraban para otro lado. Al día siguiente, comenzó a relacionarse con dos chicas blancas, que se alejaron de ella, tras ser amenazadas por sus compañeros y su familia recibió amenazas telefónicas.

En los días que siguieron, la imagen lacerante no apareció en el periódico local, pero sí en los periódicos de todo el mundo.

Después de cuatro días de acoso, incluyendo el coche familiar destrozado y su taquilla saqueada, sus padres informados por los administradores de la escuela y los funcionarios policiales, de que no podían garantizar su seguridad decidieron sacarla de la escuela y la enviaron a vivir con un familiar en un suburbio de Filadelfia, donde tranquilamente podría asistir a una escuela integrada.

En lugar de dejar de forma permanente la ciudad que le falló, volvió tres años más tarde para obtener su título de la Universidad Johnson C. Smith y, a excepción de un par de años los primeros viviendo en Nueva York, ha vivido en esa ciudad desde entonces.

Dorothy ha trabajado principalmente con niños, unos doce años al frente de una escuela centro de cuidado infantil de bajos ingresos y durante los últimos veintidós años en un local de cuidado infantil sin fines de lucro. Su interés ha sido abogar por un mejor cuidado de los niños y por la lucha de una pedagogía de integración racial.
"Lo que pasó ese día realmente me puso en el camino", dice Dorothy Counts, una vibrante mujer de sesenta y tantos años. "Siempre he querido trabajar para asegurarse de que nada malo pueda ocurrirle a otros niños". También ha sido una potente activista contra la discriminación racial.

En el año 2010 Dorothy volvió a la Harry Harding High School hoy llamada Harding University High School para dar un discurso contra el racismo.


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Huida del suboficial alemán oriental Hans Conrad Schumann al sector occidental de Berlín el 15-8-1961.



Vídeo del momento.

Vista lateral.


Otra estatua.

Schumann sirvió como soldado en el Ejército Popular Nacional (en alemán, Nationale Volksarmee). Después de tres meses de entrenamiento en Dresde, fue destinado a una academia de suboficiales en Potsdam, tras lo cual sirvió como voluntario en Berlín Oriental.

El 15 de agosto de 1961, con 19 años, estaba como centinela en el Muro de Berlín, el cual se encontraba en su tercer día de construcción, en el cruce de Ruppinerstraße con Bernauerstraße. En esta etapa, el Muro no era más que una pequeña valla alambrada. Aprovechando su oportunidad, Schumann saltó la alambrada, tras lo cual fue alejado a toda velocidad en un coche de policía de la República Federal Alemana (RFA). Su huida fue capturada por el fotógrafo Peter Leibing.

El día 15 de agosto de 1961 Leibing, trabajando para la agencia de Hamburgo Contiepress, había sido informado por la policía que un guardia de la Alemania comunista podía saltar el muro de Berlín, en ese momento en su tercer día de construcción.

En esa fase de construcción el muro consistía únicamente de una valla de alambre de espino. Mientras la gente de la parte occidental gritaba Komm rüber! ("ven aquí"), Leibing tomó una foto de Schumann saltando la valla y culminando su huída.

Más tarde se le permitió viajar desde Berlín Occidental al resto del territorio de la Alemania Occidental, donde se estableció en Baviera. Conoció a su esposa Kunigunde en la ciudad de Günzburg.

Fue el primero de los cerca de 2700 soldados de la Alemania oriental que se fueron pasando a la occidental.

Tras la caída del Muro de Berlín, comentó: "Sólo desde el 9 de noviembre de 1989 [la fecha de la caída] me he sentido realmente libre". Pero incluso así, continuó sintiéndose más en casa en Baviera que en su lugar de nacimiento, debido a viejas desaveniencias con sus antiguos compañeros. Incluso dudaba a la hora de visitar a sus padres y hermanos en Sajonia. El 20 de junio de 1998, padeciendo una depresión, se ahorcó cerca de la ciudad de Kipfenberg, en la Alta Baviera.


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Un soldado alemán oriental levanta el alambre de espino con las manos, para que un niño pueda reunirse con su padre en el sector occidental a finales de Agosto de 1961.



Desde otro ángulo.

Cuando los habitantes de Berlín se despertaron en la madrugada del 13 de agosto de 1961, se encontraron con que se estaba construyendo a toda velocidad desde la noche anterior, un muro que dividiría a la ciudad por casi tres décadas y separaría irremediablemente a familiares y amigos, incluso a matrimonios y a muchos padres de sus propios hijos.

Ése fue el caso del niño de la fotografía: su madre, que había quedado del lado oriental de Berlín, intentó pasar el niño por sobre el alambrado a su padre, quien lo esperaba del lado occidental. El soldado, aunque dubitativo, ayudó al niño. Lamentablemente, la hazaña del joven fue descubierta por su superior inmediato que le vio, motivo por el cual fue relevado de sus funciones y ejecutado poco tiempo después por insubordinación (aunque en otros lugares se dice que no se sabe que pasó con él, la versión de la ejecución esta tomada de la página donde la noticia aparece más completa).


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Anne Moody estudiante americana, en compañía de John Salter, profesor, y Joan Trumpauer activista, soporta vejaciones racistas en un bar segregacionista de Estados Unidos el 28-5-1963.



Momento posterior

Imágenes de otra sentada en un bar con reacción violenta racista.

Biografía de Joan Trumpauer (en la imagen en el centro).

Jackson mayo 1963. Tras otra sentada, Norman pateado por un expolicía blanco.

El joven de la camisa a cuadros, que también miraba el pateo, parece el mismo que tiraba cerveza sobre Anne. Norman en el suelo.

En Jackson; Mississippi, un grupo de estudiantes realizaba una de las cientos de sentadas protesta que, contra la cadena de tiendas de artículos a bajo precio Woolworth, ya se estaban haciendo por todo el país.

La diferencia es que, en esta ocasión, el departamento de policía local pertenecía al lobby segregacionista e hicieron la vista gorda a las violentas reacciones de los demás asistentes.

En la imagen se ve a cuatro estudiantes -tres blancos y solo uno de color- siendo humillados y vejados por la facción racista con azúcar, ketchup, sal e incluso trozos de vidrio.

Al fondo, agentes del FBI con gafas de sol oscuras, observan permisivos la reacción de los acosados para intervenir solo en caso de réplica.

En esta localidad no se cesaría en la segregación hasta 1965.

Dos semanas después de la sentada el líder negro de Mississippi Medgar Evers fue asesinado frente a su casa familiar en Jackson. Anne fue detenida en Jackson, por intentar protestar en el interior de una oficina de correos con otros 13 manifestantes, entre ellos Joan Trumpauer, Doris Erskine, Jeanette rey y Lois Chaffee.

En 1967 se casó con un estudiante blanco y en 1971 dio a luz a su hijo Sasha Strauss. En 1972 su familia se trasladó a Berlín después de que ella recibió una beca a tiempo completo permaneció allí hasta 1974, cuando regresaron a los Estados Unidos.

A su regreso, escribió una secuela de su autobiografía , que cubría su vida desde 1974 hasta 1984, y en una entrevista de 1985 con Debra Spencer hablaba de escribir otros libros de memorias, los cuales permanecen inéditos. También participó en el movimiento anti-nuclear. Se reasentó en Mississippi a principios de 1990, aunque nunca se sintió a gusto allí de acuerdo con su hermana Adline Moody.


La corredora norteamericana Kathrine Swizter participa en la maratón de Boston disimulando su condición de mujer y se resiste a entregar su dorsal al director de la carrera el 19-4-1967



Las mujeres no podían participar en este tipo de competiciones. Alguna lo había hecho con anterioridad, pero sin dorsal y por tanto sin competir oficialmente. Katrhine se recogió el pelo, y pasó por un hombre, recibió su dorsal el número 261 y fue admitida a correr.

A mitad de carrera los fotógrafos estaban tirando fotos y parecían contentos de ver a una mujer en la carrera. Un hombre estaba en medio de la carrera con un abrigo señalo a Katrine y le hizo un gesto al pasar, extendiendo la mano hacia ella y tratando de cogerla, momentos
después Katrhine escuchó ruido de zapatos de cuero corriendo en pos de ella, giró la cabeza y vio a un hombre grande con abrigo y sombrero que primero trato de cogerle de la mano quitandole un guante que cayó al suelo y luego la agarraba del hombro, y tiraba de ella hacia atrás gritando -¡Fuera de mi carrera y devuélveme el dorsal-. Era Jock Semple del equipo organizador de la prueba.

Intervino entonces la figura valiente y pequeña de su entrenador Arnie, que corría a su derecha y dijo: -Déjala en paz, Jock. La he entrenado, puede hacerlo sola!” , a lo que el representante de la organización Jock, contestó, -No te metas en esto Arnie- mientras apartaba fácilmente a Arnie y Katrine quedaba paralizada al sujetarla Jock por la camisa, siendo en ese momento cuando Tom, novio de la protagonista,lanzador de martillo y jugador de rugby profesional, (que corría a su izquierda) advierte el sucedido y carga contra Jock al que hace salir volando arrojándolo al suelo como un guiñapo.

Katrhine sintió miedo pensando que lo habían matado y vio también miedo en los ojos de su entrenador, pero este ordenó seguir corriendo y así lo hicieron bajo los flashes de las cámaras hasta completar la prueba. También temió al ver como Jock pasaba hacia adelante en un autobús que les detuvieran, y el propio Tom, temió ser excluido del equipo olímpico, e incluso habiendo perdido un guante que le quito Jock en el forcejeo, y temerosa de sufrir agotamiento, hubo de completar la carrera más despacio, porque para ella era fundamental el poder terminar.

Aunque en esa carrera llegó primero otra corredora, que lo hacía sin dorsal, y que ya había corrido en ocasión anterior, también no oficialmente, esta fue la primera vez en que una mujer corrió esta prueba con su dorsal y la que realmente marcó un cambio de tendencia pues las imágenes dieron la vuelta al mundo.

Cinco años después en 1972, se autorizó a las mujeres a correr esta prueba, y aunque en 1967 Katrhine terminó la carrera con un tiempo superior a las cuatro horas, en maratones posteriores en Nueva York y Boston Katrhine hizo primera y segunda respectivamente. En 2017 volverá a correr la prueba de Boston con 70 años de edad.

Un instante antes

Tensión en el rostro y durante toda la prueba.

Reconciliación en Boston 1973 de Jock y Kathrine.




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El General español Gutiérrez Mellado se resiste a los golpistas el 23-2-1981.



Vídeo y comentarios

Manuel Gutierrez Mellado, fue un militar y político español, primer marqués de Gutiérrez-Mellado, capitán general ad honorem del Ejército de Tierra, vicepresidente primero del Gobierno para Asuntos de la Defensa y ministro de Defensa durante la Transición.

Por mero azar, por el descuido de un guardia civil que no advirtió que una cámara de televisión seguía encendida, España entera contempló cómo una frágil figura de casi setenta años, en la que la mayoría de los españoles probablemente nunca había reparado, se levantaba intrépidamente de su escaño y, sin más armas que la palabra, hacía frente a unos guardias civiles que empuñaban pistolas y subfusiles, que no dudaron en hacer uso de la fuerza para intentar derribarle y que, al no lograrlo, abrieron fuego para impedir que desde otros escaños se imitase su gesto.


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Hombre desconocido detiene una columna de tanques en la plaza de Tiananmen con ocasión de las revueltas en favor de la democracia en China el 5-6-1989.



Otros huyen, el desconocido, al fondo, espera a los tanques.

Impresionante en vídeo

La columna de tanques al completo (Pulsar sobre la imagen).

Poco se sabe de la identidad del hombre. El tabloide británico The Sunday Express afirmó que su nombre es Wang Weilin, un estudiante de 19 años. Sin embargo, la veracidad de esta información es dudosa.

Hay muchas historias contradictorias sobre lo que le pudo suceder después de estos hechos. En una conferencia en el President's Club en 1999, Bruce Herschensohn —antiguo ayudante especial del presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon — indicó que fue ejecutado dos semanas más tarde. Otras fuentes dicen que fue fusilado unos pocos meses después de las protestas de Tiananmen. En El Blues de la China Roja: Mi Larga Marcha desde Mao hasta ahora, Jan Wong afirma que el hombre aún está vivo y escondiéndose en la China continental.

Una nota de prensa publicada en octubre de 2005 por un testigo ocular del evento, Charlie Cole, un fotógrafo contratado por la revista Newsweek en esa época, afirma que el hombre fue arrestado allí mismo por la Oficina de la Seguridad Pública.

El gobierno de la República Popular China ha hecho pocas afirmaciones sobre el incidente o la persona implicada. En 1992, en una entrevista con Barbara Walters, al entonces Secretario General del Partido Comunista Jiang Zemin se le preguntó qué fue del hombre. Jiang contestó: "Creo que nunca se le mató".

En un artículo de junio de 2006 en el Hong Kong Apple Daily se afirma que el hombre estaría residiendo en Taiwán.

La imagen fue captada el 5 de junio de 1989 por al menos tres fotógrafos desde los balcones del Hotel Beijing, junto a la plaza de Tiananmen: los estadounidenses Jeff Widener, para la agencia Associated Press (AP), Charlie Cole, para la revista 'Newsweek', y el británico Stuart Franklin, de Magnum, para la revista 'Time'.

"El hombre solitario me va a fastidiar la composición de la foto", pensó Widener, de 52 años, antes de congelar la gesta del desconocido, según explicó a Efe en una visita a Pekín.

Las cadenas televisivas CNN y BBC captaron también a aquel joven un poco melenudo, que parecía venir de la compra y que de pronto afrentó al tanque, le cortó el paso y se encaramó a su torreta para hablar con el soldado de dentro, hasta que tres hombres se lo llevaron y fue engullido para siempre por la Historia.

En la foto de Widener, el chino más buscado por los corresponsales en cada aniversario de la matanza lleva una bolsa y una chaqueta en la mano izquierda, y en el ángulo inferior derecho se ve parte de una farola de Chang An, la avenida de la 'Paz Eterna'.

Era mediodía. "Cuando los tanques entraron en Chang An, esperaba que dispararan a ese hombre, pero no lo hicieron. Recuerdo que le dije a Kurt, 'este tipo está loco, lo van a matar'".

Kurt, o Kirt, recuerda, fue el estudiante americano que le dejó usar su habitación, en la sexta planta, y que, burlando la presencia policial, consiguió llevar el carrete de Widener, oculto en su ropa interior, hasta la oficina de AP: "No he vuelto a saber nada de él. Me gustaría agradecer lo que hizo, porque sin su valiente ayuda el mundo nunca habría visto la foto".

Después de haber dispersado a la gente que había regresado a la plaza esa mañana, una columna de 25 tanques avanzó por la avenida. "Stuart y yo estábamos disparando fotos hombro con hombro, y de la nada apareció ese joven, con una chaqueta en una mano y una bolsa en la otra, y se puso delante de los tanques. No podía creerlo. Pero seguí disparando convencido de que lo iban a matar. Para mi asombro, el tanque se detuvo".

La foto de Franklin tiene un campo de visión más amplio e incluye un autobús calcinado al fondo. Luego, explica Cole, anticipándose a la Policía, que la noche anterior lo asaltó con una picana eléctrica en la recepción del hotel, escondió los carretes en la cisterna del váter.

En cuanto a la suerte del hombre del tanque, que algunos medios llegaron a identificar como un tal Wang Weilin, el tejano asume que se lo llevó la Policía secreta y fue ejecutado. Aunque otras fuentes señalan que, de ser así, el Gobierno habría dado una publicidad ejemplar a su ejecución, negada por el presidente Jiang Zeming.

"Él creó la imagen, yo sólo tomé la foto", explica Cole, quien subraya que la actitud de ese joven conmovió al mundo: "Me sentí honrado por estar allí".


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El camarero español Alberto Casillas impide a los antidisturbios golpear a las personas refugiadas en el bar donde trabaja el 25-9-2012 y luego pide a los manifestantes que no tiren piedras protegiendo a la policía.






Vídeo de ese día

"Aquí no van a entrar porque esto está lleno de gente inocente", gritó a los antidisturbios.

El camarero resguardó en el bar Prado de Madrid a varios jóvenes que acudieron a una convocatoria de «Rodea el Congreso» y que estaban siendo perseguidos por la policía.

"Empezó la carga policial en Neptuno y todos se echaron a correr hacia los comercios del paseo. Entonces, vi a un muchacho al que los antidisturbios estaban pegando, con sangre, y me lancé en su ayuda. Me puse en la puerta, no quería que entraran".

Este camarero de la Cafetería Prado, situada en el madrileño Paseo del Prado 16, se dio cuenta de la intención de los agentes y se interpuso entre ellos y los manifestantes, de pie y erguido en la puerta del local: "Les expliqué que había mucha gente, que iba a ser una masacre. También les dije que por mis 'tal' no iban a entrar. ¡Incluso había niños!", se queja. "Hubo un exceso terrible en la carga policial".

Posteriormente el camarero sale del bar y se coloca delante de la policía pidiendo a los manifestantes que no sigan arrojando piedras. "No tiréis piedras".


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La activista antiracista sueca Tess Asplund detiene una marcha neonazi en Suecia el 3/5/2016.



Perspectiva de Tess.

Vídeo de la marcha y el momento.

Una mujer se planta frente a los líderes de una marcha que congregaba a más de 300 nazis y se niega a dejarlos pasar. La activista es considerada desde entonces una heroína en Suecia por su “icónico” gesto de desafío a la marcha neonazi.

La fotografía fue tomada en Borlange, Dalarna, en Suecia central, donde la organización nazi Nordiska motståndsrörelsen (Movimiento de Resistencia Nórdica) estaba llevando a cabo una manifestación el pasado 1 de mayo.

Mientras cientos de neonazis, vestidos con uniformes caseros de camisas blancas y corbatas de color verde oscuro, marchaban por las calles de Borlange, Tess Asplund, una mujer negra de 42 años de edad, se puso en su camino y se enfrentó a los líderes del grupo con su puño en alto.

Tess Asplund había participado el mismo domingo de en una contra-manifestación, organizada por “Dalarna contra el racismo”, para repudiar la marcha nazi de Borlange.

En declaraciones a los medios de comunicación locales, Asplund, de Estocolmo, mostró su sorpresa por la difusión que ha tenido la fotografía en los últimos días.

"Normalmente levanto el puño en las manifestaciones, esto no es nuevo para mí, dijo Asplund, que es activista hace 26 años"

Sobre el momento en que se plantó cara a car con los fascistas, Asplund comentó a la prensa que “uno de ellos se me quedó mirando y yo lo miré a él. No dijo nada y yo no dije nada, y luego vino la policía y me quitó”.

El fotógrafo David Lagerlöf, que capturó la acción de Asplund, escribió en su página de Facebook sobre la fotografía: “Una sola mujer sale a la calle y se encuentra en frente de la organización nazi más violenta de Suecia”.

"El lugar es Borlänge, 1 de mayo, donde los nazis han conseguido un permiso de manifestación. En un solo gesto, la mujer entonces levanta su puño y se niega a moverse. ‘¿Qué es lo que piensa?’, es mi reacción sorprendido mientras elevo la cámara para tomar la fotografía”.

“Frente a ella, los líderes de la organización se acercan en un solemne silencio. La mirada de la mujer se encuentra con la del hombre en el medio, el líder de la organización nazi que parece mirar hacia atrás.”

“Hay una corta "batalla de las miradas" antes de que la policía intervenga y retire a la mujer.”

A pesar de saber que miembros del Movimiento de Resistencia Nórdica han sido condenados por crímenes violentos, Asplund dijo que no había tenido miedo de enfrentarse a los nazis.




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